¿Es realmente tan importante el pH en los productos para mascotas?

Admitámoslo: el mundo del cuidado de las mascotas está lleno de opiniones, creencias y... historias de marketing. Una de ellas, que lleva años circulando, es la importancia de un "nivel correcto de pH" en los champús y productos de aseo para perros y gatos. Pero, ¿cuál es la realidad? Es hora de analizar este mito.

Los orígenes del mito del pH

No hace mucho, los peluqueros y veterinarios se limitaban a utilizar su propio champú, detergente líquido o incluso jabón verde para limpiar a los animales. Esto no cambió hasta las décadas de 1970 y 1980: la industria de los animales de compañía empezó a florecer y los productos especiales para peluqueros y mascotas se hicieron cada vez más accesibles.

Con esos nuevos productos llegó también una nueva historia: se dice que los champús para humanos tienen el pH "equivocado" y, por tanto, son perjudiciales para los animales. Un inteligente movimiento de marketing, porque ¿quién quiere ser poco profesional o irritar a un animal? Y aunque bienintencionada, la historia no es del todo correcta.

¿Qué dice la ciencia?

La piel humana tiene un pH de entre 5,2 y 6,2, es decir, es ligeramente ácida. Los productos para el cuidado de la piel humana están adaptados a este pH. Con los perros es diferente: el pH de su piel varía considerablemente, desde 5,5 hasta 9,1 (!), dependiendo de la raza, el tamaño y el estado de la piel. El pH medio se sitúa en torno a 7,5, pero esto se basa en investigaciones limitadas.

Esto significa que no existe un pH único para todos los champús para perros. Un estudio de 2011 analizó hasta 67 champús, tanto para humanos como para animales, y ¿qué encontró? Había un gran solapamiento en los niveles de pH. Algunos champús para perros eran incluso más ácidos o alcalinos que los champús para humanos. La variación era aún mayor en los productos para animales que en los productos para humanos.

¿Es malo un champú ácido?

No, definitivamente no. El valor del pH dice algo sobre la acidez o la alcalinidad, pero no directamente sobre la irritación de la piel. La miel, por ejemplo, tiene un pH bajo (alrededor de 3,5), pero no irrita en absoluto; de hecho, es más bien calmante. Sólo se produce irritación cuando el pH es inferior a 3 o superior a 10.

Además, varios estudios demuestran que un entorno ligeramente más ácido puede ayudar a que la piel de los perros se recupere, sobre todo en caso de problemas cutáneos. Así que no es tan blanco o negro como se suele pensar.

Pero, ¿por qué no utilizar productos humanos?

Buena pregunta. La cuestión es la siguiente: la piel de perros y gatos es más fina que la de los humanos. Por eso, algunas sustancias pueden irritarles o incluso dañarles más rápidamente. Además, algunos ingredientes de los champús para humanos, como el óxido de zinc, son francamente tóxicos si los animales los ingieren. Piense, por ejemplo, en lo que ocurre cuando su perro se lame después del champú

Además, los champús para mascotas suelen ser más potentes en términos de limpieza (los perros tienden a ensuciarse más) y están adaptados a problemas específicos de la piel de los animales. En última instancia, eso los convierte en la mejor opción, pero no necesariamente Por el pH.

Conclusión: no se deje engañar por el pH

La historia de que un producto animal debe Los golpes en términos de pH se basan en gran medida en el marketing, no en la ciencia pura y dura. La verdadera razón para usar un champú para animales está en otras cosas: seguridad, eficacia y evitar sustancias nocivas.

Por tanto: manténgase crítico, haga preguntas y elija productos que sean realmente buenos para el animal, no sólo porque la etiqueta diga que el pH es "perfecto".

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